jueves, 14 de noviembre de 2013

"El viaje"

Un día finalmente supiste
lo que debías hacer, y empezaste,
aunque las voces a tu alrededor
continuaban gritando
sus malos consejos–
a pesar de que toda la casa
empezara a temblar
y sintieras el viejo tirón
en tus tobillos.
“¡Arregla mi vida!”
cada voz gritaba.
Pero no te detuviste.
Sabías lo que debías hacer,
a pesar de que el viento levantó
con sus dedos rígidos
los cimientos mismos,
a pesar de que su melancolía
era terrible.
Era lo suficientemente
tarde, y una noche salvaje,
y el camino lleno de ramas
caídas y de piedras.
Pero poco a poco,
mientras dejabas atrás sus voces,
las estrellas comenzaron a arder
entre las capas de nubes,
y hubo una nueva voz
que lentamente
reconociste como propia,
que te acompañó
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
la única cosa que podías hacer–
decidida a salvar
la única vida que podías salvar.



Mary Oliver, "Trabajo soñado". 1986

Parque Tayrona -Colombia-

lunes, 28 de octubre de 2013

La personalidad del miedo

Es verdad...un poco extravagante e impertinente si que es, eso debemos reconocérselo, sin embargo algo de responsabilidad tenemos en ello, si nos detuviesemos a observarlo y conocerlo, probablemente encontraríamos que tiene un fondo de lo más sumiso y servicial.
Y cuando se dice observar es desde una actitud particular, no desde la atención que todo se lo cree, que mira al invitado y se cree todas las historias que tiene para contar, y el miedo que es bueno contando historias ve nuestros ojos cada vez más abiertos siguiendo cada movimiento de su narración y se deleita, y se crece, y aumenta los detalles, exagera el cuento y ya nos tiene, dejamos de ser los anfitriones y permitimos que decida en casa.
Se trata más bien de observarlo desde el centro, desde la certeza de ser el anfitrión, y el miedo, a quien acogemos temporalmente, desde este lugar y sin tanta atención de por medio, poco a poco va encontrando su lugar, nos va mostrando la utilidad de sus visitas e incluso, si lo escuchamos sin temerle, nos proporciona la información que necesitamos. 



martes, 24 de septiembre de 2013

La mente que cuenta historias.

"El universo está hecho de historias, no de átomos"
Muriel Rukeyser


Cuando la consciencia plena se centra en el proceso de pensar, se hace visible una dimensión totalmente diferente de la existencia.Vemos que nuestro ridículo y repetitivo torrente de pensamientos está continuamente construyendo nuestro sentido limitado del yo, con los juicios, defensas, ambiciones y compensaciones. Si no lo examinamos. nos lo creemos. Pero si alguien nos siguiera de cerca susurrándonos repetidamente nuestros propios pensamientos, nos aburriríamos rápidamente de sus palabras. Si continuase, nos sentiríamos abrumados por sus constantes críticas y temores, luego enfadados por el hecho de que ni siquiera parase un momento. Finalmente llegaríamos a la conclusión de que debía estar loco. ¡Si, eso es lo que nos hacemos a nosotros mismos!

Jack Kornfield, "La Sabiduría del Corazón".

Isla de SantaCatalina, Colombia

martes, 21 de mayo de 2013

A menudo pasamos de largo de nuestras vidas.

"¡Cuántas veces no estamos en lo que hacemos! Pasamos de largo...

De largo de nuestras alegrías. Todos esos domingos en los que se piensa en el lunes y no se aprovecha el descanso y el tiempo con los seres cercanos. Y después, esos lunes en los que uno se arrepiente de no haber sabido disfrutar del descanso, y en los que no se está disponible para lo que hay que hacer, y que acabamos haciendo con dificultades y sin gusto. Todo ello entraña retrasos, complicaciones, disgustos y nuevos estados de ánimo desagradables.

Al lado de las cositas sin importancia. Todas las veces en las que no se hace caso de lo que se nos dice, en las que se está ausente, en otro sitio. Todas las veces en las que hemos ido a algún sitio sin pensar, con el "piloto automático". Llegamos y nos damos cuenta de que hemos caminado o conducido en un estado ausente, en otro universo. No en la realidad, sino en nuestros estados de ánimo.

Al lado de los momentos importantes, cuántos "grandes momentos" atravesados en un estado ausente, donde uno se concentra en todo menos en lo esencial: el instante presente. Porque nuestra mente está atestada de tantas cosas y preocupaciones que no somos capaces de controlar ni desechar.

Hay momentos en que parece que toda nuestra vida toma la costumbre de pasar de esa manera, fuera de nosotros, de largo, delante de nosotros. Y nosotros la seguimos correteando detrás, intentando recoger los pedazos para llevar a cabo una reconstrucción coherente a posteriori, "repegando" recuerdos, fotos, reflexiones dispersas. Somos víctimas de la remanencia: el instante anterior devorando el instante presente. O de la anticipación y la inquietud: el instante posterior ocupa nuestros pensamientos. El instante presente deja de existir, ahogado en la nada.
Pero pasar de lado el presente, ¿no es pasar de lado la propia vida?"

Christophe André
Los estados de ánimo, el aprendizaje de la serenidad
Ed. Kairós



miércoles, 27 de marzo de 2013

Amar las preguntas, vivir las preguntas.

"...yo querría rogarle como mejor sepa hacerlo, que tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón todavía no esté resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún, y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue a internarse poco a poco en la respuesta anhelada y, en algún día lejano, se encuentre con que ya la está viviendo también."

Extracto de "Cartas a un joven poeta" Rainer Maria Rilke




viernes, 8 de febrero de 2013

Un día de plena conciencia.

"...Mientras aún estés en la cama, empieza poco a poco a seguir la respiración de manera lenta, larga y consciente. Levántate después lentamente de la cama (en lugar de saltar de ella como de costumbre) alimentando la conciencia con cada movimiento. En cuanto te hayas levantado, cepíllate los dientes, lávate la cara y haz todas tus actividades matutinas de una forma tranquila y relajada,siendo plenamente consciente de cada uno de tus movimientos. Sigue la respiración, obsérvala y no dejes que tu mente se distraiga. Ejecuta cada movimiento con calma. Cuenta tus pasos de manera lenta y silenciosa. Mantén una ligera sonrisa en el rostro.
Pásate al menos media hora tomando un baño. Lávate con lentitud, sabiendo que lo estás haciendo, para que al terminar te sientas ligero y fresco. Después, si lo deseas puedes hacer tareas domésticas como lavar los platos quitar el polvo de las mesas y limpiarlas, fregar el suelo de la cocina y arreglar los libros de las estanterías. Sea cual sea la tarea que realices, hazla lentamente y con calma, sabiendo que la estás llevando a cabo, en lugar de intentar sacártela de encima cuanto antes. Decide hacerlo todo de manera relajada, poniendo toda tu atención en ello. Disfruta de la tarea y sé uno con ella. De lo contrario el día de plena conciencia no tendrá ningún valor. La sensación de que una tarea es un fastidio desaparecerá pronto si la realizas siendo consciente de ella."

Thich Nhat Hanh "El milagro de mindfulness"


miércoles, 9 de enero de 2013

ABRIR EL ESPACIO SUFICIENTE

Abrir espacio para que todo pueda estar, para que todo pueda ser e incluso haber sido, los dolores, los errores, la incertidumbre, las viejas descripciones acerca de nosotros mismos, las nuevas, las que están sin clasificar, la duda, los sentimientos y pensamientos imprevistos, la enfermedad.
La lucha, el intento de arrancar de nuestra vida lo que nos nos gusta, lo que duele, lo que no "debería" estar, nos asfixia, reduce nuestro campo de observación, nos secuestra de la experiencia y sus regalos.
Cuando en nuestra vida permitimos que haya el espacio suficiente que lo incluya todo, que les permita a las situaciones sucederse una tras otra y permanecer allí con lo que se despierte, sin importar su color o textura, generando un espacio amplio donde todo puede ser y a la vez transformarse, donde hay el suficiente aire para respirar mientras duele, mientras se ríe, mientras nuestra vida se sacude. 
Esta es una buena forma de empezar a trazar el camino de la aceptación, de dar la bienvenida a una forma mas flexible de relación con nosotros mismos y con la vida. Abrir el espacio suficiente para abrazar lo que venga...y lo que ha venido.