miércoles, 8 de enero de 2014

Presos del ¿Por qué?

Con mucha frecuencia suelo observar en mi trabajo terapéutico que paradojicamente, aquello que la mente nos enseña como el camino que conduce a la solución de cualquier dificultad, termina convirtiéndose, en la prisión que bloquea cualquier salida y que rápidamente nos separa de la experiencia de la realidad. 
Cuando algo no funciona de la forma que queremos en nuestra vida la primera imagen y pregunta que viene a nosotros es un ¿por qué? en mayúsculas y negrita, si concentramos en ello toda nuestra atención terminará por eclipsar los demás contenidos creativos que vienen asociados, así como los recursos y el contacto con la experiencia del momento.
Preguntarnos ¿por qué? es una pregunta muy útil, sin embargo ni es la única, ni es la meta. Pero pareciera que logramos cierto regocijo creando historias que respondan a ella, sobre el pasado, sobre los antepasados, sobre las carencias, sin embargo esto solo es el punto de partida. 
Podemos crear preciosas y elaboradas historias, acerca de recuerdos parciales, fragmentados y deteriorados de nuestro pasado, historias que una vez elaboradas entran rápidamente a formar parte de nuestra descripción de nosotros mismos y de nuestro discurso... Una nueva cárcel, elaborada, pulida y detallada pero al fin y al cabo historia y cárcel.
Y por supuesto que una parte importante de un proceso terapéutico es la comprensión, pero nos distraemos con la comprensión del pasado sin intentar relacionarnos con la comprensión del presente. Tal vez incluso sin responder a esta pregunta también podamos encontrar el camino y probablemente llegaremos al  "porque..." de manera natural, como conclusión, como una nota al pie que explica al lector el proceso, que pone en contexto, pero no como el objetivo
Permitamos al por que? tener un lugar, pero mas reducido, al lado del  ¿que es lo que continuo haciendo para mantener esta situación?, al lado del ¿como? y muy por debajo de la atención consciente, de la presencia sin juicios en el momento presente.




jueves, 14 de noviembre de 2013

"El viaje"

Un día finalmente supiste
lo que debías hacer, y empezaste,
aunque las voces a tu alrededor
continuaban gritando
sus malos consejos–
a pesar de que toda la casa
empezara a temblar
y sintieras el viejo tirón
en tus tobillos.
“¡Arregla mi vida!”
cada voz gritaba.
Pero no te detuviste.
Sabías lo que debías hacer,
a pesar de que el viento levantó
con sus dedos rígidos
los cimientos mismos,
a pesar de que su melancolía
era terrible.
Era lo suficientemente
tarde, y una noche salvaje,
y el camino lleno de ramas
caídas y de piedras.
Pero poco a poco,
mientras dejabas atrás sus voces,
las estrellas comenzaron a arder
entre las capas de nubes,
y hubo una nueva voz
que lentamente
reconociste como propia,
que te acompañó
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
la única cosa que podías hacer–
decidida a salvar
la única vida que podías salvar.



Mary Oliver, "Trabajo soñado". 1986

Parque Tayrona -Colombia-

lunes, 28 de octubre de 2013

La personalidad del miedo

Es verdad...un poco extravagante e impertinente si que es, eso debemos reconocérselo, sin embargo algo de responsabilidad tenemos en ello, si nos detuviesemos a observarlo y conocerlo, probablemente encontraríamos que tiene un fondo de lo más sumiso y servicial.
Y cuando se dice observar es desde una actitud particular, no desde la atención que todo se lo cree, que mira al invitado y se cree todas las historias que tiene para contar, y el miedo que es bueno contando historias ve nuestros ojos cada vez más abiertos siguiendo cada movimiento de su narración y se deleita, y se crece, y aumenta los detalles, exagera el cuento y ya nos tiene, dejamos de ser los anfitriones y permitimos que decida en casa.
Se trata más bien de observarlo desde el centro, desde la certeza de ser el anfitrión, y el miedo, a quien acogemos temporalmente, desde este lugar y sin tanta atención de por medio, poco a poco va encontrando su lugar, nos va mostrando la utilidad de sus visitas e incluso, si lo escuchamos sin temerle, nos proporciona la información que necesitamos. 



martes, 24 de septiembre de 2013

La mente que cuenta historias.

"El universo está hecho de historias, no de átomos"
Muriel Rukeyser


Cuando la consciencia plena se centra en el proceso de pensar, se hace visible una dimensión totalmente diferente de la existencia.Vemos que nuestro ridículo y repetitivo torrente de pensamientos está continuamente construyendo nuestro sentido limitado del yo, con los juicios, defensas, ambiciones y compensaciones. Si no lo examinamos. nos lo creemos. Pero si alguien nos siguiera de cerca susurrándonos repetidamente nuestros propios pensamientos, nos aburriríamos rápidamente de sus palabras. Si continuase, nos sentiríamos abrumados por sus constantes críticas y temores, luego enfadados por el hecho de que ni siquiera parase un momento. Finalmente llegaríamos a la conclusión de que debía estar loco. ¡Si, eso es lo que nos hacemos a nosotros mismos!

Jack Kornfield, "La Sabiduría del Corazón".

Isla de SantaCatalina, Colombia

martes, 21 de mayo de 2013

A menudo pasamos de largo de nuestras vidas.

"¡Cuántas veces no estamos en lo que hacemos! Pasamos de largo...

De largo de nuestras alegrías. Todos esos domingos en los que se piensa en el lunes y no se aprovecha el descanso y el tiempo con los seres cercanos. Y después, esos lunes en los que uno se arrepiente de no haber sabido disfrutar del descanso, y en los que no se está disponible para lo que hay que hacer, y que acabamos haciendo con dificultades y sin gusto. Todo ello entraña retrasos, complicaciones, disgustos y nuevos estados de ánimo desagradables.

Al lado de las cositas sin importancia. Todas las veces en las que no se hace caso de lo que se nos dice, en las que se está ausente, en otro sitio. Todas las veces en las que hemos ido a algún sitio sin pensar, con el "piloto automático". Llegamos y nos damos cuenta de que hemos caminado o conducido en un estado ausente, en otro universo. No en la realidad, sino en nuestros estados de ánimo.

Al lado de los momentos importantes, cuántos "grandes momentos" atravesados en un estado ausente, donde uno se concentra en todo menos en lo esencial: el instante presente. Porque nuestra mente está atestada de tantas cosas y preocupaciones que no somos capaces de controlar ni desechar.

Hay momentos en que parece que toda nuestra vida toma la costumbre de pasar de esa manera, fuera de nosotros, de largo, delante de nosotros. Y nosotros la seguimos correteando detrás, intentando recoger los pedazos para llevar a cabo una reconstrucción coherente a posteriori, "repegando" recuerdos, fotos, reflexiones dispersas. Somos víctimas de la remanencia: el instante anterior devorando el instante presente. O de la anticipación y la inquietud: el instante posterior ocupa nuestros pensamientos. El instante presente deja de existir, ahogado en la nada.
Pero pasar de lado el presente, ¿no es pasar de lado la propia vida?"

Christophe André
Los estados de ánimo, el aprendizaje de la serenidad
Ed. Kairós



miércoles, 27 de marzo de 2013

Amar las preguntas, vivir las preguntas.

"...yo querría rogarle como mejor sepa hacerlo, que tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón todavía no esté resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún, y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue a internarse poco a poco en la respuesta anhelada y, en algún día lejano, se encuentre con que ya la está viviendo también."

Extracto de "Cartas a un joven poeta" Rainer Maria Rilke