jueves, 4 de noviembre de 2010

Dondequiera que vayamos, allí estamos.

"¿Ha advertido alguna vez que no hay forma de escapar de nada?. ¿Que tarde o temprano, las cosas a las que no quiere enfrentarse, de las que trata de huir o que intenta disimular y fingir que no están ahí le persiguen, especialmente si están relacionadas con viejos patrones y temores?.  Solemos tener la idea romántica de que si en esta dirección las cosas no marchan bien, basta con ir en otra dirección y las cosas serán distintas. Si el trabajo no nos satisface, cambiamos de trabajo. Si con nuestra pareja las cosas no van bien, cambiamos de pareja. Si esta ciudad no nos gusta, cambiamos de ciudad.



(...) El pensamiento subyacente a esta forma de obrar es que la causa de nuestros problemas está fuera de nosotros, en el lugar, en los démas, en las circunstancias. Creemos que si cambiamos de lugar y cambiamos de circunstancias, todo se colocará en su sitio; que podremos volver a empezar, tener un nuevo comienzo.
El problema con esta manera de ver las cosas es que pasa por alto con extrema facilidad, el hecho de que nos llevamos con nosotros nuestra mente y nuestro corazón. No podemos escapar de nosotros mismos, por mucho que lo intentemos. Y, por más que eso sea lo que nosotros queremos, ¿por qué motivo deberíamos sospechar que las cosas serían diferentes o mejores en algún otro lugar?..."

 Jon Kabat-Zinn