"Una vez sumidos en el arranque emocional, la realidad se aleja cada vez más; más nos hablamos, menos percibimos y así sucesivamente. Tan alejados de la realidad ¿qué manejo podemos hacer de ella? Naturalmente la violentamos y somos entonces capaces de acabar con cualquier rastro de amor o belleza que hubiera estado presente y todavía sentirnos víctimas. Así nos las gastamos los humanos. Por eso vale más luchar por volverse un guerrrero.
Como el conjunto general de nuestras acciones, las emociones son también repetitivas y están determinadas por la Historia Personal. Así cada cual tiene sus propios "hábitos emocionales" y estos serán una de sus formas personales de derrochar su energía y debilitarse. Por ello no es difícil descubrir, si hacemos un examen cuidadoso, que los conflictos y los problemas emocionales de nuestra vida se repiten cíclicamente. No importa que cambiemos las personas o lugares, los problemas se repiten, una y otra vez.
(...) Esto nos pone de frente a una forma directa de ahorro de energía. Si estamos a punto de caer en alguna emoción desgastante, podemos sencillamente entrar en un estado de Silencio Interior y la emoción desgastante no podrá tener lugar. Si esta alternativa no entra en nuestras actuales posibilidades, cambiemos entonces el contenido del diálogo interior; hagamos una canción con nuestros pensamientos, pensémolos en rima, al revés, en un idioma extraño o de plano repasemos concentradamente las tablas de multiplicar, para el caso es igual; sin los pensamientos adecuados la emoción no se presenta."
Víctor Sánchez. "Las Enseñanzas de Don Carlos"(Ed. Gaia 1998)