"...Hay personas para quienes este "vivir en piloto automático" se ha convertido en un modo de vida habitual. Si durante la mayor parte de nuestra vida centramos nuestra atención en algo distinto a lo que estamos haciendo, podemos acabar sintiéndonos vacíos y entumecidos. Cuando el pensamiento automático domina nuestro sentido subjetivo del mundo, la vida se vuelve repetitiva y monótona. La experiencia no proporciona una sensación de frescura y de descubrimiento novedoso como cuando un niño percibe el mundo por primera vez, sino que nos sentimos muertos por dentro "muertos antes de haber muerto". La vida en piloto automático también nos hace correr el riesgo de reaccionar mecánicamente ante las situaciones sin haber reflexionado sobre las distintas opciones de respuesta de que disponemos. El resultado pueden ser reacciones reflejas que, a su vez, provocan reflejos mecánicos en los demás. Las cascadas de respuestas mecánicas que se refuerzan mutuamente pueden crear un mundo de interacciones irreflexivas, de crueldad y destrucción."
Daniel Siegel, "Cerebro y mindfulness" Ed. Paidós