miércoles, 13 de octubre de 2010

"La actitud adecuada: tu cuerpo ya tiene esa información."

Todas las tradiciones nos hablan del maestro interior, de dirigir nuestros sentidos hacia aquello que dentro nuestro susurra y se expresa, de empezar a distinguir, mediante esa observación, desde donde hablan nuestros pensamientos, nuestros impulsos y con esa información decidir si los alimento y actúo, o si por el contrario, identifico que responden a viejos patrones, trazados por el miedo y escojo aprender a aceptarlos, y mediante esa aceptación a transformarlos.

 
Sin embargo, ese maestro interior, incluye aún más aspectos, que aquellos de tender puentes entre la mente y las emociones. 
Con sólo observar el cuerpo con curiosidad, descubriríamos que todo lo que necesitamos saber acerca de la actitud justa para vivir la vida, nuestro cuerpo lo sabe de memoria.

El cuerpo es el mejor maestro para aprender a vivir en el presente, porque no hay otro momento que pueda habitar, solo puede estar aquí y ahora, siempre…presente.

Observa con atención:
La respiración entra y sale, no acumula, no guarda, no juzga si el movimiento de la inhalación es el adecuado, si faltara oxigeno repite inmediatamente una inhalación más larga, no se recrimina.

El alimento es ingerido, se asimila, y se transforma en energía que utilizarás inmediatamente después, no acumula, no guarda para los momentos de escasez, si existiera algún desequilibrio al respecto el cuerpo enseguida encenderá las alarmas a través de síntomas y la enfermedad. No carga con alimento para el futuro, no trae alimento del pasado.

Cuando el cuerpo agota su energía busca tiempo para recuperarse, el descanso se hace necesario cuando estás cansado ni antes ni después. 

Tampoco necesita el cuerpo, escrituras del espacio que habita para poder relajarse y descansar, ni saber que la cama le pertenece para dejar caer su peso en ella.

El cuerpo vive aquí y ahora, si permitiésemos a la mente seguir las enseñanzas del cuerpo, solamente aprendiendo a observarlo y saber que se és parte de él, que se convive y se vive en medio de la sencillez del cuerpo aunque ignorándolo desde la mente, probablemente la ilusión de separación empezaría a disolverse y podríamos comprender que desde el ser, también podemos vivir en la unidad de esa actitud vital, la de la sencillez, el desapego y por tanto la disminución del sufrimiento.

¿Observas tu cuerpo? ¿Te das cuenta de lo poco que necesita para continuar? ¿Entonces porque te apegas a cargar con tanto?



Aceptamos sin dudar lo que nos enseñan los libros, lo que nos enseña la filosofia, la invitación de hoy es empezar a valorar lo que nos enseña nuestro propio cuerpo.