Alguna vez en la vida, por lo menos una, se hace necesario ponernos de frente ante estas dos palabras, ante su significado y revisar, si lo que he aceptado por éxito y por fracaso en realidad se ajusta a la vida que quiero, o si por el contrario la limitan.
Perseguimos el éxito, tememos el fracaso, pero ¿que significan realmente estas dos palabras en mi vida? ¿El éxito está relacionado con tener o con ser? Y el fracaso?.
Hemos negociado socialmente, en un acuerdo tácito y pasivo, reconocer por ciertas las imágenes de éxito que están relacionadas con el dinero, el reconocimiento, el poder, cotidianamente las vemos publicadas y día a día las alimentamos y fortalecemos en nuestro interior sin percatarnos de ello; Sin embargo ésta es una descripción muy distorsionada de lo que significa tener una vida exitosa, descripción que si no revisamos desde la conciencia, puede sumirnos en la confusión y la frustración.
¿Es exitoso alguien, al que le pagan mucho dinero por dejar sus días, noches, vida, por el trabajo?
¿Es fracasado alguien, que no ha conseguido poder, fama, dinero o reconocimiento?
¿Ser una persona ordinaria es un fracaso?
Es interesante jugar con nuestros conceptos, darnos el permiso de dedicarle solo un poco de tiempo a redefinir que sentido tienen estas dos palabras en la propia vida, muy seguramente estarían muy distantes de lo que ahora mismo consideramos. ¿Que es lo que anhelo en realidad?, ¿de que forma quiero vivir la vida en este momento?.
Probablemente si respondemos estas preguntas encontraríamos que el éxito está en la puerta para ser celebrado hoy, y que todos los esfuerzos por conseguirlo, el camino que he establecido hacia él, han sido una serie de fracasos que me han ido esclavizando: el tiempo que he dedicado a conseguir escalar, mis metas proyectadas al futuro, el tiempo que he perdido en mis relaciones, lo que no me he permitido sentir, por encima de lo que he tenido que pasar…
¿y el fracaso?, si el fracaso es no vivir la vida que quiero, mi idea del éxito podría estar convirtiéndose en mi fracaso?
Sólo permítete jugar e intercambiar el lugar del éxito y el fracaso, puede ser divertido desde la curiosidad libre de juicios de valor, y podría ampliar un poco más, nuestras limitadas descripciones.
El éxito y el fracaso solo los puedo medir con respecto a mi mismo, con respecto a lo que desde la observación y la conciencia he decidido que es mi camino.
El éxito ya es estar aquí, tener la conciencia para poder decidir con qué reglas juego mi propia vida.
Una vez te das la posibilidad de redefinir estos conceptos, ellos se van diluyendo, desdibujando, perdiendo importancia y solo quedas tú frente a tu vida, y aquí lo importante es cómo la vives.
Reconcíliate con la posibilidad de ser ordinario, ser ordinario otorga un poder infinito.
"todos creamos las circunstancias y situaciones en nuestro mundo en virtud de las creencias y conceptos que consideramos verdaderos. Para la mayoría, las creaciones son inconscientes, y por tanto nos consideramos víctimas de las circunstancias." Janet Bray Attwood. La Contra. 17/02/2009